Huerto Casero

lunes, 28 de mayo de 2012


Si tu terraza es igual de grande que tu habitación, empieza a sacarle partido. Además de hacer sitio para una mesa y unas sillas, puedes destinar una parte de la misma a plantar algunas verduras u hortalizas y sacar el máximo rendimiento.

La idea es hacer un uso lúdico y natural de la naturaleza y aprender nociones básicas sobre horticultura, quizá no todo crezca a la primera, pero poco a poco iremos aprendiendo y disfrutando de la tarea. Además siempre es bueno estar en contacto con la naturaleza, aunque sea desde nuestra propia casa.


Para ello vamos a necesitar lo siguiente:

  Localización: si en casa no hay jardín, se recomienda una terraza o ventanal donde haya mucha luz, además se recomienda que esté protegida.


      Recipientes: depende de lo que queramos plantar, se necesitará un mínimo de 7cm hasta unos 50cm. Deberemos elegir el recipiente que más se adapte a nuestra plantación elegida. Ejemplos a plantar: Tomates, calabacines, zanahorías, nabos, lechugas, plantas aromáticas).

     Tierra: se pueden usar diferentes tipos de compost, y además una mezcla de piedras, arena e incluso materiales dificil de corromper, como puede ser el plástico, lógicamente esto dependerá del recipiente que utilicemos y de la variedad a plantar. Las raices deben encontrar hueco subterráneo para poder respirar, por ello el crear ciertos huecos en la parte inferior del recipiente.

        Riego: hay que hacer un uso sostenible del agua, no regaremos en épocas de lluvia, ya que el abuso del riego puede ahogar y arruinar la plantación. Hay que evitar los riegos a pleno sol, se recomienda regar por la noche, para que la planta haga un uso exclusivo del agua.
      Abono y hierbajos: se aconseja el uso de un abono natural, si no se tiene acceso al mismo, se puede utilizar un compost casero, dependiendo de la cantidad de macetas, así necesitaremos cantidad de abono. Se recomienda diluir restos orgánicos de vegetales por ejemplo bien picados en las plantas, poco a poco se convertirá en compost y nos servirá de abono. En cuanto a las malas hierbas, se pueden quitar a mano, con ello se evitará que nuestras plantas carezcan de nutrientes debido a dichos hierbajos. 

Se pueden adquirir semillas en los supermercados, o de las propias verduras o frutos que consumimos. Es verdad que si elegimos la segunda opción, deberemos esperar al secado de las semillas y será conveniente utilizarlas de un año para otro. Por ejemplo si secamos en agosto las semillas de los tomates al sol, es conveniente utilizarlas en el invierno siguiente para su plantación.

Si os interesa aprender más, os aconsejo la lectura del magnífico libro: 
El Agricultor Autosuficiente, de John Seymour.

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